martes, 14 de abril de 2015

La viuda





la Viuda, una mujer que murió ahogada al zozobrar su pequeña embarcación en el mar.

 Otros dicen que era una mujer que en su vida fue bruja, que al morir el amor de su vida, llena de ira y pena, decidió vengarse de todos los hombres, acto que continua haciendo después de muerta.

 Se la representa como una mujer alta, vestida de negro, con un manto que cubre su rostro, camina descalza, mostrando sus blancos pies.

Persigue a los jóvenes, a quienes atrapa abrazándolos por la espalda y con su pestilente aliento (al igual que la Fiora) los amenaza para satisfacer sus deseos carnales, pero pobre de aquel que se niegue, ahí lo abraza hasta morir. Los galanes tardan varios días en volver a estar lucidos tras el ataque de la Viuda, quienes aparecen caminado como perdidos, con sus ropas desgarradas y el cuerpo todo arañado.

Ella también suele merodear por las casas, si alguien la sorprende y le habla desaparece confundiéndose en la sombra. Suele perseguir a los jinetes; usando su poder obliga a detenerse al caballo, sube al mismo detrás del jinete; el caballo retoma el galope lo más rápido posible, con jinete en su lomo y la Viuda en sus ancas; y corre hasta el precipicio más cercano; la Viuda desaparece mágicamente mientras caballo y jinete caen al fondo del precipicio.

Se dice que viste de negro y que sus manos son solo huesos que queman con el frío al simple contacto. Su cabeza esta cubierta por un velo negro, pero hay algunos que aseguran que con la luz de la luna pudieron reconocer la imagen de una calavera. Hoy, a falta de jinetes, se encarama sobre los automóviles y asusta a hombres solitarios que viajan por los caminos con algo de alcohol; los carros se terminan saliendo de la vía y cayendo por los desfiladeros a lado del camino.

El mito de La Viuda tiene analogía con La Llorona, que es originario de México, se trata de una mujer, ya entrada en años que casa finalmente y tiene uno o varios hijos con el joven marido; una noche este regresa borracho y golpea a la mujer, que se defiende y le clava un cuchillo matándolo; la mujer huye con sus hijos, pero en su locura, los termina ahogando en el río; al volver a la razón, comprende su horror y se suicida vestida en traje de novia; hoy su alma sigue llamado y llorando a sus hijos. Y también se la relaciona con la calchona de Chile.

La calchona



 La leyenda dice que la Calchona originalmente fue una bruja que tenía un marido y dos hijos pequeños; teniendo su hogar en un campo de la zona central de Chile.

Sin embargo, su familia no sabía la verdad sobre que ella practicaba la brujería. En su hogar ella escondía varios frascos que contenían unos mágicos ungüentos (cremas), que al aplicarlas sobre una persona, permitían transformar un ser humano en el animal que eligiese. Se dice que todas las noches usaba su poder para que su marido e hijos no se despertasen en toda la noche, y por razones que se desconocen, la Calchona posteriormente realizaba el extraño rito de colocarse los mágicos ungüentos para transformarse en una gran oveja negra y salir a pasear por los campos hasta la madrugada; y recobrando su forma humana al volver a aplicarse sus ungüentos. Pero sucedió que un día que se le olvidó realizar el hechizo para hacer dormir; y debido a ello sus hijos la vieron transformarse.

Al ver la asombrosa transformación, ellos queriendo imitar a su madre se pusieron los ungüentos, transformándose en zorritos. Pero luego de realizada la transformación se dieron cuenta que no sabían como volver a ser niños, y por ello convertidos en estos animalitos se pusieron a llorar amargamente. Producto de los llantos, el padre también se despertó, pero su sorpresa fue enorme al no encontrar a su esposa e hijos; y ver en su lugar solamente a aquellos pequeños animales. Producto del amor a sus hijos y las historias que había escuchado sobre los ungüentos que utilizaban las brujas, logró imaginarse que aquellos frascos pudieran contener algún tipo de ungüento mágico y que aquellos zorritos eran posiblemente su familia. Así decidió probar aquellos ungüentos en los zorritos, los cuales inmediatamente se transformaron nuevamente en niños. Luego los niños le contaron que era su madre la dueña de los ungüentos.

El padre asustado y para evitar que les volviera a ocurrir lo mismo a sus hijos, decidió tirar el ungüento en las aguas de un río y alejarse todos de la casa. Posteriormente al regresar la Calchona a su casa, y aun estando convertida en una oveja negra, al ver que no estaba su marido e hijos, asustada comenzó a buscar sus ungüentos por toda la casa y sus alrededores; encontrando solamente los frascos casi vacíos. Así ella muy afligida, trato de utilizar los restos de ungüento para transformarse nuevamente en ser humano; pero sólo le alcanzó para transformar sus manos, rostro y cabello a su forma humana.

 Quedando para siempre convertida en ese animal mitológico. Por eso, cuando en las noches los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que se trataría de la mítica calchona; y como tradición se acostumbraría dejarle un plato con comida para que se alimente, ya que se dice que la calchona es totalmente inofensiva y estaría arrepentida de sus antiguos actos de brujería. También se dice que ella anda rondando por su hogar y que también le pusieron , La Calchona a un puente ubicado a las afueras del Barrio Norte de Talca.

El Súpay


 

Conocido también como Zúpay, los orígenes de esta criatura se remontan a tiempos incaicos, en donde su morada era denominada Supaihuasin, lo que en lengua quichua señala los infiernos. El súpay sería, entonces, el Diablo.

Deambula por las zonas del centro y norte del país. Se lo avizora en casi toda ocasión como un jinete de finas ropas negras, sombrero alado y adornos de oro y plata, como sus espuelas, puñal y fusta Suele aparecerse a los viajeros en las noches de los martes y los viernes, jornadas de las brujas por excelencia, y tras unas horas de sabrosa comida y bebida amenizadas con canciones que desgrana desde su guitarra con gran maestría, el súpay propone a su homenajeado un pacto, cuyo precio será su alma.

 A cambio, el tentado solicitante recibirá, por un tiempo, honores y riquezas. Una curiosidad del súpay es su guarida, llamada, al igual que la prestigiosa universidad española, Salamanca. Es una cueva subterránea en la que los adeptos al súpay concurren a aprender toda clase de encantamientos maléficos con los que arruinar la vida del prójimo.

Gauchito Gil

La maldicion del Gauchito Gil

Machera el santo malandro

Maria Lionza