lunes, 1 de noviembre de 2010

Relaciones interpersonales y Autoestima



“Nada ni nadie te debe hacer perder la
ilusión de la vida, la felicidad esta en ti, no
la busques fuera, pues la tienes mas cerca
de lo que puedas imaginarte”

A pesar de que todas las
personas nos relacionamos y nos
comunicamos diariamente, no
siempre nos detenemos a
reflexionar sobre la importancia
de ello ni acerca de los
problemas que se pueden
presentar al respecto.

Toda las personas establecemos numerosas relaciones
a lo largo de nuestra vida, como las que se dan con
nuestros padres, nuestros hijos, con amistades o
con compañeros de trabajo y estudio.

A través de ellas intercambiamos formas de
ver la vida; también compartimos necesidades,
intereses y afectos.
A estas relaciones se les conoce como:

RELACIONES INTERPERSONALES



Las relaciones interpersonales son una
oportunidad para acercarnos a otras
experiencias y valores, así como para
ampliar nuestros conocimientos.
Lo que resulta increíble es que día a día podamos
relacionarnos con tantas personas considerando que,
como dice el refrán: “cada cabeza es un mundo”,
con sus propias experiencias, sentimientos, valores,
conocimientos y formas de vida.

¿Cómo nos relacionamos?

Cuándo nos relacionamos con los demás
esperamos reciprocidad, esto quiere decir que
deseamos dar; pero también recibir, escuchar y
ser escuchados, comprender y ser comprendidos.

Si nos miramos con honestidad, podremos
reconocer lo que nos disgusta de nosotros; como
sentir rencor, enojo, envidia, e incluso, ser
agresivos e irrespetuosos al relacionarnos con
otras personas.
La aceptación y el reconocimiento de nosotros
mismos, nos puede ayudar a superar estas
actitudes negativas y mejorar la relación con otras
personas, es decir, la aceptación de los demás con
sus cualidades y defectos, y a que surja la
confianza en nosotros mismos y en los demás.

En ocasiones llegamos a pensar que si nos
relacionamos con gritos y golpes, lograremos
que nos vean con estimación y autoridad.
¡GRAN EQUIVOCACIÓN!, si nos queremos y
respetamos a nosotros mismos no podemos
permitir relaciones basadas en la violencia.

Nuestras creencias son la parte
fundamental de nuestra vida. Nuestros
pensamientos son órdenes que serán
obedecidas y las veremos reflejadas en
nuestra vida como experiencias.
Si piensas en miedo, en carencias, en
desamor y fracaso, actuarás como un
imán para ello, atrayéndolo de manera
natural, instantánea, convirtiéndose en tu
realidad inmediata.

Ejemplos de creencias:
“Nadie me quiere”
“Todo el mundo me hace daño”
“No tengo dinero”
“No tengo capacidad para un empleo mejor”
“Soy fea”
Una de las características más importantes del ser humano
que provocan más desajustes de personalidad es:

¿Qué es la Autoestima?


La autoestima es el sentimiento
valorativo de nuestro ser, de quién
soy, del conjunto de rasgos
corporales, mentales y espirituales
que configura nuestra personalidad.






COMO COMBATIR LA ENVIDIA





Una persona que domine el sentimiento de felicidad, no necesitará jamás sentir envidia. Disfruta de lo que tiene y nunca envidia a los demás.
Lo mejor que alguien pueda obtener de todo lo que llegue a poseer, de sus experiencias, habilidades o fama, ha de ser la felicidad. Si experimenta felicidad por lo que hace y tiene, nadie podrá realmente obtener mayor beneficio que él mismo por lo que ha logrado.
Jamás deberá pensar que carece de cosas, ya que el fin último de esas otras posesiones será el mismo que el de las que ya tiene en el presente: el de la felicidad.


Como combatir el sentimiento de la envidia.

Desarrolla la actitud de sentirte satisfecho con lo que tienes, aun cuando los otros poseyeran más que tú. Considera como cuantioso lo que poseas, y escaso lo que tengan los demás, deseándoles a esas personas que incrementan sus actuales pertenencias. El envidioso siempre considerará que lo que él posee es demasiado poco, en tanto que les resulta excesivo lo que tienen los otros. El desea en realidad que ellos tengan cada vez menos. Por lo general la gente no envidia las virtudes de alguien, sino los honores que esa persona recibe por sus virtudes.

La causa que origina el odio que una persona pudiera sentir hacia alguien más encumbrado que él, está fundada en la arrogancia. La persona arrogante considera que es arbitrario o injusto que otro posea algo de lo que él carece.

El que se conceptúa a sí mismo como mejor que los demás, se sentirá irritado si es superado por otros.

El daño que causa la envidia.

La envidia proviene de la insensatez y de la falta de comprensión. Cuando sientes envidia de alguien, no ganarás absolutamente nada ni le causarás perjuicio alguno a la persona que envidias. El único que sale perdiendo eres tú. Hay gente cuya necedad es tan pronunciada, que cada vez que ven a alguien del que saben que ha tenido buena suerte, se sienten dolidos y padecen sufrimientos. Están tan apesadumbrados por lo que los otros han logrado, que llegan a no experimentar placer alguno por lo que ellos mismos poseen. Existe una fuerte tendencia de la gente a aspirar ser los mejores en distintos campos: conocimientos, buenas acciones, riqueza y honores. Este deseo puede ocasionarle una sensación de sufrimiento a una persona si alguien lo superara o tuviera más que él. Cuando la envidia es fuerte, la persona sentirá odio y animosidad hacia aquél a quien envidie. Le deseará el mal y murmurará contra ella. Tales sentimientos de odio resultan muy destructivos. Si una persona tiene una tendencia a sentir envidia, su existencia entera estará plagada de angustias. Estará a la espera que los demás cometan errores para regocijarse cuando ello suceda.
La envidia está basada con frecuencia en errores de concepto.
Desde cierta distancia podrá parecer que existe gente hedonista, que viven una existencia dedicada completamente al placer. Esto resulta ser sin embargo, una falsa imagen. Todo el bien de este mundo tiene mucha tristeza que lo acompaña, y no existe nadie que disfrute de un completo placer. Existe un dicho popular que expresa lo siguiente: "Cuando alguien se ríe, los demás se dan cuenta de ello, pero cuando alguien llora nadie lo ve".
Aun la mayor buena suerte tiene importantes aspectos negativos. Los Sabios expresaron este concepto de manera concisa: "Aquel que incremente su riqueza, incrementará sus preocupaciones".
Cuando la gente envidia la cantidad de dinero que alguien haya ganado, omiten generalmente tomar en cuenta muchos factores que eliminarían sus sentimientos de envidia. Por ejemplo, cuando alguien envidia el sueldo de otra persona generalmente supone que esa gente no tuvo que trabajar duramente para obtenerlo. Con frecuencia esa persona tuvo que dedicarle un tiempo y esfuerzo considerable a su trabajo, mientras que aquél que lo envidia prefiere realizar trabajos más sencillos que requieran menos tiempo, aunque sus ingresos sean menores. Otro factor que con frecuencia no se toma en cuenta es que la otra persona podría tener muchos más gastos que tú, y a menudo está ligado al trabajo y por ese motivo no puede vivir una existencia más placentera. Esto resulta particularmente cierto cuando está residiendo en una zona donde los precios son más elevados. Si bien es cierto que gana más, pero debido a que gasta más, podría estar mucho más preocupado que tú acerca de sus dificultades financieras.

La envidia que se siente por asuntos espirituales.

La envidia forma una parte tan arraigada en la personalidad de mucha gente, que no es razonable esperar que eliminen completamente este rasgo negativo. Deberían en cambio orientar dicha tendencia en una dirección positiva. Que envidien a aquellos que tienen sabiduría, de manera que se esfuercen por tratar de obtener mayores conocimientos. No estarás perdiendo nada cuando a otras personas les vaya bien.

Aunque mucha gente no viva consumida por grandes sentimientos de envidia, no estarás libre no obstante, de las reacciones negativas que tengas al enterarte de los éxitos de los demás. Esto resulta particularmente cierto para aquella gente que ejerce la misma profesión. Elimina esos sentimientos negativos tomando conciencia de que lo que los otros logren no habrá de afectarte.

No necesitas compararte con los demás.

La envidia proviene del intento de compararte con otras personas. Deja de mirar por sobre el hombro para ver lo que tienen los demás, concentrándote en cambio en sacar provecho de lo que ya constituye tu patrimonio. De esta manera tu beneficio será doble, ya que disfrutarás de lo que es tuyo y no sufrirás a causa de lo que poseen los demás.

Gradualmente podrías ir notando las virtudes de los demás por un lado, y los defectos que te son propios por el otro. Finalmente esto podría llegar a incrementarse mediante el conjunto de tus observaciones, hasta que llegues a formarte un opresivo sentimiento de inferioridad al compararte con otras personas que se encuentran a tu alrededor. Esta es una sensación extremadamente dolorosa, que con frecuencia va acompañada por el desaliento. La forma de aplacar este sentimiento se logra mediante la concientización de que cada persona constituye de por sí una entidad universal. No te midas de acuerdo a los parámetros de los demás. Tu obligación es la de alcanzar tus logros, valiéndote de los talentos singulares que te son propios. No necesitarás de la aprobación de nadie para ser una persona ponderable
.
La envidia de las riquezas y posesiones.

La diferencia existente entre algunas personas ricas y un prisionero, consiste en que mientras unos tienen cadenas de acero los otros tienen cadenas de oro que los sujetan. "No es lo mucho o poco que puedes tener lo que te engrandecerá o te rebajará, sino lo magnánimo o lo mezquino que puedas ser con lo que tienes".

Mentalízate que tienes lo que necesitas.

Aquél cuya ambición sea la de crecer espiritualmente, considerará a las posesiones materiales como herramientas para alcanzar su meta, dándose cuenta de que las mismas estás diseñadas precisamente para adaptarse a sus necesidades personales. Si le ha dado algún elemento determinado a un amigo, comprenderá que el objeto en cuestión resulta apropiado para los requerimientos de su amigo, y no al de los suyos. Así como los anteojos son hechos para alguien y no te sirven a ti, de la misma manera las herramientas materiales son confeccionadas para ser usadas por la persona a quien le fueron dadas. Todo aquél que asimile debidamente esta perspectiva no habrá de envidiar lo que posean los otros.

Siéntete feliz por la buena suerte de los demás.

Aun aquél que ame a los demás y les desee el bien en todas las áreas, tales como: riqueza, propiedad, honor, conocimientos y sabiduría, tendrá sin embargo una tendencia a no querer que esas personas lo igualen en los aspectos mencionados, deseando poder superarlos en las referidas áreas. "Ama a tu semejante como a ti mismo". No albergues ningún sentimiento de envidia. Deberías desearles que tengan éxitos sin límites.

Cuando amas a alguien de verdad, te sentirás feliz por sus logros y éxitos, aun cuando consiga superarte. Si sientes un amor sincero por otra persona, no sólo no sentirás envidia de sus realizaciones y de sus éxitos, sino que tratarás de ayudarlo aun cuando ello te resultara perjudicial para tus intereses.

Técnicas para vencer la envidia.

Una técnica que eliminará los sentimientos de envidia y animosidad, consiste en hablar con la persona a quien envidias diciéndole palabras de contenido positivo. Deberías también expresar palabras que demuestren tu felicidad por la buena suerte de los demás. Si te resultara demasiado difícil hablar con él placenteramente, trata al menos de tener cuidado de no decir nada en contra de esa persona. Las palabras adversas que se puedan decir tendrán el mismo efecto de agregarle leña al fuego, y no hará sino incrementar tu envidia y tu animosidad. Por lo tanto, si permaneces en silencio no harás crecer tus sentimientos negativos.

La envidia de carácter positivo.

Existen dos tipos de envidia. La positiva que acrecienta la sabiduría, y la envidia que se lleva a la gente de este mundo. La envidia es positiva cuando encuentras virtudes en alguien y desearías tú también tenerlas, y la misma resulta beneficiosa porque podrá motivarte para que mejores. En cambio tendrá carácter negativo cuando lamentes que otros tengan una virtud de la que careces, y desearías que le ocurriera eso mismo a esa persona. NO OLVIDES QUE LO QUE DESEAS PARA LOS DEMÁS, SIEMPRE TE LLEGARÁ A TI!


Oracion al anima sola



Oye , mortal , el lamento de un alma aprisionada , sola , triste ,
abandonada en este oscuro aposento
Anima mía , Anima de paz y de guerra ,
Anima de mar y de tierra ,
deseo que todo lo que tenga ausente o perdido
se me entregue o aparezca
¡ Oh , Anima la más sola y desamparada del purgatorio ¡
Yo os acompaño en vuestro dolor
compadeciéndoos al veros gemir y padecer
en el abandono de esa dura y estrecha cárcel ,
y deseo aliviaros vuestra aflicción ;
ofrendaos todas aquellas obras meritorias ,
y he pasado , paso y he de pasar en esta vida
para que paguéis vuestras culpas a Dios ,
y alcancéis su gracia esperando me haréis el gran beneficio
de pedirle que dé a mi entendimiento la luz necesaria
para que yo cumpla su Santa Ley ,
amándole sobre todas las cosas como a mi único y sumo bien ,
a mi prójimo como a mi mismo ,
pues así mereceré de su “ Divina Majestad “ y misericordia infinita
mi salvación .
Amén
( Rezar 5 Padrenuestros , 5 Avemarías y 5 Glorias )

LA FE




Soy la hermana mayor de la Esperanza y de la Caridad; me llamo Fe. Soy grande y fuerte, el que me posee no teme ni al hierro ni al fuego; Es a prueba de todos los sufrimientos físicos y morales. Resplandezco sobre vosotros como una antorcha, cuyos chispeantes rayos se reflejan en el fondo de vuestros corazones, y os comunico la fuerza y la vida. Entre nosotros se dice que yo levanto las montañas, y yo os digo: vengo a conmover al mundo porque el Espiritismo es el germen que debe ayudarme. Uníos, pues a mí, yo os convido: Soy la Fe.

Soy la Fe, habito en la Esperanza, la caridad y el Amor, en el mundo de los Espíritus puros. A menudo he dejado las regiones aéreas y he venido sobre la tierra a regeneraros dándoos la vida del Espíritu, pero a excepción de los mártires de los primeros tiempos del Cristianismo y algunos fervientes sacrificios hechos de tarde en tarde para el progreso de la ciencia, de las letras, de la industria y de la libertad, solo he encontrado entre los hombres indiferencia y frialdad, y he vuelto a remontar tristemente mi vuelo hacia el cielo; me creíais entre vosotros, pero os engañabais, porque la Fe, sin las obras, no es la Fe, la verdadera Fe es la vida y la acción.

Antes de la revolución del espiritismo, la vida era estéril, era un árbol seco por las refulgentes chispas del rayo que nada producía, se me reconoce por mis actos; ilumino las inteligencias, caliento y reanimo los corazones en mi regazo, alejo de vosotros las influencias engañosas y os conduzco a Dios por la perfección del Espíritu y del corazón. Venid y agrupaos bajo mi estandarte; soy poderosa y fuerte: Soy la Fe.

Soy la Fe y mi reino empieza entre los hombres; reinado pacífico que les hará felices para el tiempo presente y para la eternidad.

La autora de mi advenimiento entre nosotros es pura y serena; su sol resplandeciente y su ocaso vendrá a mecer dulcemente a la humanidad entre los brazos de la felicidad eterna. ¡Espiritismo!. Derrama sobre los hombres tu bautismo regenerador; yo les hago un llamamiento supremo: Yo soy la Fe

Gauchito Gil

La maldicion del Gauchito Gil

Machera el santo malandro

Maria Lionza